Cuando menos lo pensamos vuelve la enfermedad y la muerte como un recordatorio punzante de nuestra efímera y a veces tan poco productiva vida. Viene la muerte provocada por lo ajeno..por lo humano.......por aquellos que tienen el poder de invocarla....de inocularla sin aviso, sin conciencia. Aquellos que se sienten Dioses, dadores de vida y muerte. Regidores de la moral pública, pero muy liberales con la privada.
Lo siento Luis Antonio, la vida no estaba totalmente en tus manos, y cuando lo supiste, una angustia pesada como mole de plomo te aplastó el ánimo. Se cortó la sonrisa fácil y empezaste a transitar por las mentiras piadosas que a todos decías. No es justo, vaya que no lo es.....no es justo que se vaya la vida por amor, por pasión, .....pero tampoco es justo que se nos vaya por falta de conciencia. A estas horas.....qué más se puede decir?, ya no estás tú para tí, que eso es lo más triste. Estamos nosotros sin tí....y sin tantos más, queridos y desconocidos.
Luis Antonio, Torcuato, Fortachón, el sueño de una noche de verano se volvió la pesadilla de tu invierno y la muerte de tu primavera. Descansa en paz.
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