jueves, 23 de mayo de 2013

Nos vamos apropiando de los objetos, de la gente y de los espacios. Vamos incorporando la tarde y el viento suave del verano. No hay necesidad de nada más.  El nosotros se vuelve yo cuando menos lo imaginas.  Hago entonces lo que se necesita, camino de un lado a otro regando cada planta. Ellas dependen de mí. El agua escasea, pero ellas necesitan vivir y nosotros las necesitamos a ellas.  Estoy en este aquí y ahora que nunca pensé y construyo el espacio que no será mío, la sombra de otros, la conciencia de alguien más. Soy eslabón temporal y nada más.  La lucha es contra mí, contra la estulticia que a veces me cubre, contra la dejadez y la apatía que trato de sacudirme...contra ese escalar a una cúspide que termina en un salto al vacío infinito.  ....Aquí y ahora dicen los de teatro.....eso no es fácil. ¿Lo saben ellos?