Todo con el sol a cuestas,
rayo y golpe,
también ventana.
Todo bajo la luz rabiosa,
espléndida y voraz.
Corpúsculo que hiendes cuerpo,
daga vespertina.
Fuego que me consume,
me quema por fuera,
y yo persisto....insisto.
Tu indecencia me persigue todo el día,
añoro la sombra,
la umbra que no llega.
Todo con el sol a cuestas,
risas y llantos,
cuerpos desvencijados,
afanes inevitables
tránsitos obligados
Moneda de oro, inalcanzable,
Camino sin pensar en tí,
hasta que tu látigo castiga mi brazo,
mi frente y ojos.
Camino contigo,
porque no me abandonas en la faena.
Pero cae la noche y te escondes sigiloso,
trasnochador cotidiano.
Yo espero tu llegada,
para bien o para mal.
Augurio de mi existencia.