jueves, 3 de abril de 2014

Todo con el sol a cuestas,
rayo y golpe,
también ventana.
Todo bajo la luz rabiosa,
espléndida y voraz.
Corpúsculo que hiendes cuerpo,
daga vespertina.

Fuego que me consume,
me quema por fuera,
y yo persisto....insisto.
Tu indecencia me persigue todo el día,
añoro la sombra, 
la umbra que no llega.

Todo con el sol a cuestas,
risas y llantos,
cuerpos desvencijados,
afanes inevitables
tránsitos obligados
Moneda de oro,  inalcanzable,

Camino sin pensar en tí,
hasta que  tu látigo castiga mi brazo,
mi frente y ojos.
Camino contigo,
porque no me abandonas en la faena.

Pero cae la noche y te escondes sigiloso,
trasnochador cotidiano.
Yo espero tu llegada,
para bien o para mal.
Augurio de mi existencia.