lunes, 14 de febrero de 2011

....en un parque..


Estaba sentada plácidamente en el único espacio posible, en la única banca disponible de ese pequeño parque. Sacó la paleta de su bolsa, le quitó la envoltura y empezó a paladear deliciosamente, con gestos tan exagerados, que los que volteaban a verla, olvidaban cerrar su boca y la baba les corría por la barbilla. Era una paleta de cereza, agridulce, de ahí la gestualidad casi caricaturesca que impactaba a todos. Siguió así hasta casi comerse el palo mondo y lirondo. En eso, un policía saltó de un árbol, y escondiendo sus alas se acercó a la chica. Esta no pudo reprimir la risa, pensó que había soñado. "Un policía con alas?" eso sí que es increíble .....y soltando una sonora carcajada se fue reptando velozmente hasta esconderse en un hueco debajo del Yucateco.

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