sábado, 25 de octubre de 2014

Todo asunto personal no excluye a lo colectivo.  Mentiríamos si dijéramos que sólo el nosotros vale. Podemos angustiarnos, casarnos, enojarnos, etc.. con la humanidad...pero jamás dejamos de pensar en el minúsculo yo. El yo es parte de nosotros; el ego lo es. Hasta qué punto nos es permitido?  Creo que no hay límites, es algo así como las nieves de oaxaca....hay de mil sabores y a veces las combinamos. Reflexiono en mí tanto como en los otros...y los ligo a mi yo,  me comparo, hablo del "si hubiera, si fuera"...crezco a partir no sólo de mis propios errores, sino de los ajenos. Evalúo mi conducta, establezco parámetros. Hasta dónde llego?, qué es mío y qué es ajeno?,  me escudo en mis limitaciones? hago lo que debo?...Cómo aplica la ética en mi quehacer diario?, De qué me han servido los estudios, las lecturas, los viajes, los amigos?...Es ineludible la autoreflexión. Por qué soy como soy y no de otra manera?;  Qué consecuencias han tenido mis decisiones?, porque todos las tomamos, algunos con consecuencias mucho más desastrosas o afortunadas que otros.  Todo es una decisión, hasta la más inocente.... es como el Ying Yang...como una moneda ...decisión/consecuencia...  Al final esperemos que nuestras decisiones sean acordes a lo que somos.   No robar, no matar, no engañar.....mandamientos?....decisiones que se enlazan a la humanidad que nos circunda.  O Fortuna Imperatrix Mundi.......pero están las decisiones.

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