miércoles, 13 de marzo de 2013


Pasamos rápidamente por el semáforo de la Rosales. El miedo no anda en burro, dijo Casimiro, ayer mismo atropellaron al Tarcisio y la semana pasada a la Rudesinda. Seguimos a paso tranquilo hacia las nieves cuando un sonido ensordecedor nos hizo voltear. Vimos volar por los cielos a Remedios, que en menos de lo que canta un gallo, calló encima de Cándido, dando al traste con la única bola de cristal que teníamos. Desde entonces el futuro es realmente incierto para nosotros.

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