martes, 12 de marzo de 2013

Intentando adivinar los tipos de letras  se me ocurrió este cuento breve que ya compartí en facebook, pero siento que el blog es más íntimo...porque pocos lo leen, jaja



La primera vez que tienes un elefante en casa y ahora no quieres jugar con él. Así dijo mi tía Romelia, cuando entró a la cocina y vió sentado a Policleto, quien levantaba su trompa, mientras la mía se paraba de rabia porque no quería jugar con él. Tenía toda la razón, pero yo en ese tiempo era muy mulo. Así que perdí la oportunidad de mi vida, porque unas horas más tarde llegó Don Tiburcio a preguntar si de pura casualidad no había llegado un elefante pequeño que se había escapado del circo. Yo le dije que sí, que ahi estaba su mugre elefante en la sala, pisando mi trenecito, que por supuesto ya no era tal. Policleto salió por donde entró, sin siquiera despedirse de mí, que en mi tonto enojo infantil, no pude vislumbrar la rareza de tener un elefante en medio de la sala de mi casa.


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