jueves, 16 de agosto de 2007

y después cómo seguimos?


Siempre pasa, todos los días, a todos y en diversas circunstancias. Se van, se van y nos dejan con la congoja y la disyuntiva emocional. Los queremos con nosotros, pero no queremos que sufran más. Sabemos, porque la lógica es tan contundente, que el cuerpo se agota, que la enfermedad consume lenta y dolorosamente; sabemos que no hay salida, o tal vez que es la mejor salida posible: no luchar, no oponerse. La muerte está con nosotros desde el nacimiento. No la queremos pronto, no la queremos en los seres queridos, en los niños...en una palabra, nos parece que la muerte es una compañera intrusa y malsana, cuyo único objetivo es torturarnos durante toda la vida. Tal vez por eso la olvidamos de vez en vez, nos evadimos todos los días, pero todos los días se presenta tan descarada, que el único recurso es sacarle la vuelta. Y de repente, zaz!, nos golpea en el corazón con un mazo implacable e hiriente, aunque estemos preparados, aunque la lógica prevalezca la emoción siempre la supera. Cómo seguimos este viaje sin ellos?, cómo despertamos cada día llenos de su ausencia?, cómo ver sus cosas, sus objetos?....el tiempo sigue sin ellos, en la lista estamos todos!. ...Seguimos sin ellos, haciendo por los demás o por nosotros mismos. ... ....una cosa es cierta: estarán en nuestro ser hasta que nos muramos nosotros también. Viven en nosotros porque vivimos....y la cadena no acaba, lo entienden?...unos por otros y así todos sobrevivimos como minúsculo elemento cósmico. Lucía Flores López seguirá en la memoria y en el pensamiento de muchos....su entrega y su bondad tiene que derramarse en propios y ajenos y florecer, como su apellido en otras vidas. Nadie nace ni muere en vano.

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